Estas vacaciones fueron raras y preocupadas. Un familiar cercano no se encontraba muy bien de salud, y después de valorar la situación, hablar con su médico que me dijo que me podía ir tranquilamente, decidí emprender viaje. No obstante, el plan inicial que era cruzar también a la Provenza italiana, se vió recortado por el temor a no alejarnos demasiado. Aunque las llamadas telefónicas eran diarias, nunca conseguí durante todo el tiempo desconectar totalmente y siempre la sombra de la preocupación rondaron los casi 20 días que viajamos por la Provenza francesa.
El recorrido comprendió, Montpellier, Palavas les Flots, Aigües Mortes, Ste. Maries le Mer, Saint Gilles, Arlés, Aix en Provence, Casis, Ruta de las Cretas, Garganta del Verdón, Mustières, Campos de Lavanda,  Opedette, Ruta de los Ocres, Rousillón, Gordes, Mt. Ventoux, Orange, L´Isle le Sourgue y  Aviñón
Este fue un viaje básicamente de naturaleza, aunque también hubo lugar a algún museo interesante y alguna iglesia bonita, pero en este sentido el listón “arte” quedó muy alto el año pasado con Reims, París y  Chartre.
Sin embargo, aunque a priori no lo hubiese pensado, tuve la ocasión de conocer mercadillos de brocante preciosos, especialmente el de Le´Isle le Sourgue que es todo un referente en la zona y que me dejó alucinada. El pueblo que más me gustó fue Rousillón y sus sendas de los Ocres, una locura de bonito, el lugar con más animación, sin duda, Avignon en plena semana del teatro. Lo que más me decepcionó fue Montpellier. Lo que más me hizo abrir los ojos fueron los enormes campos de Lavanda.
Este post será largo en fotografías pero breve en texto. Seleccionar (entre miles) fotos que consiguieran dar una idea del viaje, fue largo y difícil, pero las largas noches que desde hace tres semanas estoy pasando con mi familiar en el hospital, dan para mucho.
Viajar en autocaravana permite recorrer muchos lugares y fotografiar muchos momentos y en mi caso, también personas. Todo lo que veréis son fruto de la curiosidad, sorpresa o fascinación que por diferentes razones me han producido sin ninguna otra pretensión.

Los flamengos paseaban a sus anchas en este parque natural.

Es frecuentísimo encontrar cuberterías sueltas en los puestos de brocantes, todo un lujo para los bloggers.

Estaba con su novio, los dos eran guapísimos, sin embargo, ella y su mirada serena me impresionaron.

Pueblo típico de la provenza francesa.

El famoso puente de Avignon. Nos quedamos tres días en un camping al ladito del centro, había mucho que ver, sobre todo, lo más interesante resultaron ser los artistas callejeros. Una decepción el Palacio Papal.

Otro de los mercadillos de brocante…

Estas simpáticas artistas japonesas que me encontré en Avignon posaron para mí así de amables.

Los campos de Lavanda se pierden en el infinito.

Esta pareja contemplaba el paisaje al tiempo que charlaba en animada conversación.

Avignon estaba tapizado de carteles de los espectáculos teatrales.

Personas que me sorprendieron..

Hermosísimas gargantas cursadas por ríos.

En Avignon hubo ocasión de ver numerosos espectáculos callejeros.

Estas chicas vendían en la calle pulseritas confeccionadas por ellas mismas.

La ruta de los Ocres fue uno de los platos fuertes de este viaje, una maravilla de la naturaleza.

Este caricaturista me cautivó con la fuerza de su mirada.

Las balas de paja son habitual en los paisajes franceses. Me encanta el tono dorado de los campos.

Las pequeñas tiendas francesas son una locura, si hubiese tenido tiempo me hubiese pasado horas mirando y revolviendo, pero entré en todas las que llamaron mi atención.

He visto ventanas realmente hermosísimas, escogí ésta pero todas las que me traje en la cámara podrían estar aquí como preciosas.

Hubo poco tiempo para la playa, pero fuimos tres veces, en esta me gustaron los heladeros, bueno, también la temperatura del agua.

Hace muchísimo tiempo que tengo ganas de tener un sifón, y de repente me encontré un montón en un mercadillo, sin embargo sus precios escapaban a mi presupuesto y me fui sin ninguno. En honor a la verdad tengo que decir que había uno que costaba 14 €, pero justo el que me encantaba costaba 125€.

Esta imagen tan tierna me dejó prendada.

Otra tienda en la que perderse…

Por fin subimos al Mont Ventoux, algo que hizo las delicias del conductor de la autocaravana que siempre quiere subir a todo lo que sea alto y le augure buenos paisajes, algo a lo que yo me opongo por norma, porque subir, me agota. En este caso, fue la autocaravana que se encargó de subirnos y la verdad es que desde arriba el paisaje es espectacular.

Aquí la campeona que subió sin dificultad.

Me encontraba sentada en un parque bajo la sombra tomando un helado, cuando justo enfrente apareció esta pareja. Tardé un rato en soltar el helado y coger la máquina de fotos, pero al final, no tuve más remedio, me pareció que un amor tan abnegado (sobre todo por parte de ella) tenía que llevármelo en mi cámara.

Otro pueblito de la ruta.

No fue éste un viaje en el que me quedara impresionada por las pastelerías francesas, no olvidéis que casi todo el tiempo viajamos rodeados de naturaleza, pero no podía dejar de poner alguna cosilla…

Cuántas cosas me hubiese comprado si tuviese más dinero para invertir y si no tuviese miedo de atreverme con cristal o loza por miedo a que se rompiera en el camino.

Un mimo en Avignon.

Anfiteatro  romano de Arlés.

Otro lugar al que hubo que subir, en este caso, caminando y con 40º, ufffff, menos mal que el paisaje mereció la pena.

Una hermosísima tienda de brocante que me encontré en Avignon.

En este puesto de brocante compré dos cucharas que podéis ver a la izquiera en el mercado cuando las vi y después en la de la derecha ya una fotografía mía. Me parecen uno de las compras más bonitas de este viaje, me costaron diez euros las dos.
El calor axfisiante fue un elemento constante de este viaje, totalmente horroroso, insoportable y angustiante.
He despotricado contra los horarios franceses que te obligan a estar a las dos de la tarde en la calle porque a las seis, cierra todo y desaparece el mundo de suelo francés.
Me sorprendió no ver casi a nadie (salvo en Avignon) fumando en la calle.
He cocinado mucho y rápido en la autocaravana y he hecho fotografías, aunque obviamente no son de gran calidad, os las enseñaré en otra ocasión.
Os reservo un post en exclusiva del mercadillo más bonito, grande y variado con todo tipo de panes, frutas, verduras y especias que he tenido el placer de visitar en Aix en Provence.
Andaré a medio gas porque sigo en el hospital con mi familiar y no hay tiempo para cocinar, casi ni para comer, pero iré publicando recetas que he hecho a la vuelta de las vacaciones y que a medida que vaya teniendo tiempo, pondré texto.

¡¡Bienvenidos!!

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  1. FAbrisa, me ha encantado este reportaje.
    Justo estoy preprarando un viaje con la AC, para ir precisamente por la zona.
    Te animo a que nos deleites con mas aventuras de AC, un mundo apasionante para los que vivimos esa pasión que no tantos entienden.

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