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Corta la carne en pequeños trozos (también puedes pedirle a tu carnicero/a que lo haga)
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Vierte en un mortero un chorrito de aceite, los ajos, la sal, el orégano y los pimentones, el vino blanco, y machaca hasta obtener una mezcla homogénea.
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Vierte la mezcla sobre la carne.
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Mezcla bien con una cuchara de madera hasta que la carne quede bien impregnada de la mezcla.
Cubre de film transparente y guarda en la nevera entre 36 y 48 horas.
Cada 8 o 10 horas conviene revolver para que mezcle bien todo.
Finalmente pasado ese tiempo rociamos con un fino hilo de aceite de oliva y ya estará lista para disfrutar.