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Corta la grasa en pequeños trozos y ponla en una olla (mejor de fondo grueso) al fuego (sin aceite, sin agua, sin sal). La pondremos primero a fuego medio-alto (del 1 al 10 en un 7) durante unos 25 minutos.
Bajamos el fuego a un 5 de intensidad y lo dejaremos unos 30 minutos más, dejamos que la grasa se vaya derritiendo lentamente, sin apurar ni quemar, necesitamos una grasa pura, limpia y cristalina.
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Cuando consideremos que ya los trozos de grasa tienen un ligero color marrón, apagaremos el fuego. No conviene continuar por no degradar la grasa y que se queme.
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Escurrimos la grasa sobre un recipiente.
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Volvemos a colar la grasa con un colador de malla fina a fin de que nos quede perfectamente limpia y rellenamos botes, en mi caso, fueron 3 botes de una capacidad de 200 ml cada uno.
Dejamos enfriar y mantenemos en la nevera hasta acabar.