Poner una olla grande al fuego con un chorrito de aceite a calentar.

Primero pelar, lavar y cortar todas las verduras , menos la lechuga que puedes lavarla, cortar las hojas a la mitad y reservar. Conviene que el tamaño sea más o menos homogéneo en todas ya que se cocerán a un tiempo y así evitamos que estén tiernas unas antes que otras.

El brecol lo desgajaremos en pequeños arbolitos y desecharemos el tronco principal.

Limpiar bien los puerros eliminando la parte verde y 2 o 3 hojas exteriores que suelen estar más feas, cortar en cruz la parte superior y lavarlos debajo del grifo asegurándonos de eliminar cualquier resto de tierra.

Cortar los puerros en rodajas de 1 o 2 cm , agregarlos a la olla y rehoga hasta que se vean transparentes.

Agregar la cúrcuma, el pimentón, el jengibre, revolver y a continuación añadir el resto de las verduras (zanahoria, brécol, boniato, calabacines, tomate), cubrimos con agua que no sobrepase la verdura (es mejor añadir después más agua si quedara muy espesa), las pastillas de caldo caseras o una comprada, espolvoreamos sal y pimienta y dejamos cocer hasta que todo esté tierno (desde que empieza a hervir, cuenta en olla tradicional unos 20 minutos).

Finalizada la cocción, añade a la olla la lechuga lavada y cortada a la mitad, tritura, prueba de sal por si tuvieses que añadir un poquito.

Sirve con una cucharadita de yogur (natural sin azúcar), unos daditos de calabaza y unas lascas de parmesano (yo galmesano) y riega con un fino hilo de aceite de oliva virgen extra