Añade los huevos a un bol
Agrega las ralladuras de limón y naranja.
Añade la leche, la mantequilla derretida y fría, y el anís
Bate todos los líquidos
Añade la harina en pequeñas tandas y mezcla con una cuchara de madera.
A medida que vayas mezclando, vas añadiendo más harina, así hasta acabar, si fuese necesario, puedes añadir un poco (o toda) de esos 60 ml de leche que nos habíamos reservado por si la masa lo demandara.
Cuando ya has casi integrado toda la harina, vuelca la masa en una superficie de trabajo enharinada.
Amasa con ganas, el éxito de una buena masa es amasar con energía hasta integrar totalmente. Tanto si amasas a mano como si lo haces en amasadora, lo ideal es amasar unos 8 minutos aproximadamente
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Una vez que tenemos la masa bien amasada, formamos una bola, espolvoreamos harina, cubrimos y dejamos reposar durante un mínimo de media hora (mejor algo más). (Si necesitas dejarla más tiempo, la envuelves en film transparente y la dejas en la nevera, cuando la vayas a usar deberás dejarla una hora a temperatura ambiente para que recupere calor)
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Tomamos pequeñas porciones de masa, (entre 25 y 30 g cada porción) y estiramos muy muy finitas.
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Ponemos una sartén al fuego con abundante aceite y dejamos calentar sin humear (a unos 175º o 180ºC) y comenzamos a freir. Se hacen enseguida, así que hay que estar muy atento a la sartén. Una vez que estén fritas, pásalas a papel absorbente de cocina y de ahí a una fuente y espolvorea azúcar glas. -