- Encendemos el horno a 180º con calor arriba y abajo y la rejilla colocada en la segunda guía del horno contando desde abajo.

- Enmantecamos y enharinamos el molde .

- Separadas las yemas de las claras montamos éstas a punto de nieve y reservamos.

- Tamizamos la harina con la levadura de repostería. Es importante airear la harina para obtener una masa ligera. Reservamos.

- Mezclamos con varillas o un procesador de cocina (no vale con cuchillas, si tienes thermomix has de poner la mariposa) las yemas y el azúcar.

- Incorporamos el queso crema y el aceite de girasol y sigue mezclando, poco a poco añade la nata, el Ron y sigue batiendo e incorpora el puré de calabaza.

- Añade poco a poco la harina tamizada (cucharada a cucharada sin agregar la siguiente hasta que la anterior esté bien integrada)

- Por último agrega las claras batidas a punto de nieve con movimientos envolventes para evitar que la masa pierda las burbujitas de aire que nos dará como resultado una masa esponjosa.

- Volcamos en el molde, golpeamos sobre la superficie con unos pequeños toques para que la masa asiente bien. Horneamos durante aproximadamente 15 minutos a 180º, baja a 170º y hornea 50 minutos más o hasta que pinchando con una brocheta salga limpia.

REcuerda que tú horno y el mío, NO son hermanos gemelos, todo lo más, primos, así que cada horno funciona de diferente manera, controla los tiempo de cocción del tuyo y evitarás un estropicio.

Deja el molde en el horno unos 8-10 minutos con la puerta entreabierta. Posteriormente retíralo del horno para la encimera y espera a que se enfríe durante otros 10 minutos antes de desmoldar sobre una rejilla. Aguarda a que enfríe totalmente.

- Pon la nata en un cazo al fuego-medio con media cucharadita de miel, revuelve con unas varillas hasta que llegue a ebullición, apaga el fuego y añade el chocolate cortado menudo, continúa mezclando hasta formar una crema homogénea. Agrega la cucharadita de aceite y mezcla hasta integrar. Acabada de hacer sólo la dejaremos enfriar apenas unos 2 o 3 minutos.

- Vierte la crema de chocolate sobre el bizcocho ayudándote de una cuchara. En esta cobertura no se busca la perfección, al contrario, se busca que queden chorretes irregulares que permitan ver el color natural del bizcocho por debajo.

Cuando el chocolate seque levemente, espolvorea los pistachos.