Lava las almejas poniéndolas a remojo con agua y sal en la nevera un rato antes (mejor unas 2 horas antes) y cambia el agua como mínimo un par de veces. Cuando vayas a cambiar el agua, recoge las almejas con las manos y pásalas a una fuente o plato, piensa que las almejas soltarán arena que queda depositada en el fondo del bol, por tanto conviene hacerlo así para no arrastrar las arenas en la acción de escurrirlas.
Cuece los mejillones en un par de vasos de agua, cuando el agua hierva y se abran los mejillones, retira del fuego, escurre.
Los mejillones que no se abran hay que tirarlos, no sirven.
Retira la carne de los mejillones para un plato, corta las barbas con una tijera, guarda unas cuantas conchas para después emplatar.
Pela, lava y corta en rodajas no muy gruesas las patatas (1 cm y 1/2 apróx).
Pásalas primero por harina y después por huevo y fríeleas en abundante aceite. Escúrrelas en papel absorbente y reserva.
En una tartera baja, vierte 3 o 4 cucharadas de aceite de oliva y rehoga la cebolleta y los ajos muy picaditos durante 5 minutos. Salpimenta
Incorpora el azafrán y revuelve.
Agrega 1/2 guindilla pinchada en un palillo (recuerda retirarla al finalizar la cocción)
Añade el vino (o cerveza), el caldo e incorpora las patatas. Deja cocer entre 20 y 25 minutos.
Entre 7 y 8 minutos antes de finalizar la cocción, agrega las almejas escurridas, tapa la olla y deja que se cuezan hasta finalizar la cocción. Rectifica de sal.
Añade los mejillones cocidos, mueve la olla con movimientos de vaivén sobre la encimera para que se empapen bien de la salsa.
Espolvorea perejil bien picadito, riega con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y sirve caliente.
Frabiconsejos
Al emplatar utiliza 2 o 3 conchas de mejillones, coloca la correspondiente carne dentro y sirve con el resto.