Engrasa el molde con mantequilla derretida ayudándote de un pincel llegando a todos los recovecos del molde. Espolvorea cacao en polvo, da vuelta el molde para eliminar el sobrante. Más fácil con spray desmoldante. Reserva.

Enciende el horno a 180º calor arriba-abajo para que se precaliente.

Tamiza la harina con el cacao, polvo de hornear y el bicarbonato y reserva.

Bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina.

Añade la vainilla y continúa batiendo.

Incorpora los huevos uno a uno no añadiendo el siguiente hasta que el anterior no se haya incorporado completamente.

Baja un poco la velocidad de las varillas de tu batidora y comienza a añadir la harina tamizadaa con el cacao y alternando la adición de la nata líquida, empezando con los líquidos y terminando con los ingredientes secos.

Hornea durante 55-60 minutos o hasta que pinchando con una brocheta salga limpia.

Finalizado el horneado, aguarda 10 minutos y desmolda sobre una rejilla hasta que enfríe totalmente.

Calienta la nata en un cazo con la miel, cuando llegue a punto de ebullición, apaga el fuego, añade el chocolate picado, espera un par de minutos y mezcla hasta obtener una crema brillante y homogénea.

Frío el bizcocho, baña con el chocolate, espolvorea granillo de chocolate si quieres.