Masa
- Tamiza la harina con la sal.
- Añade el azúcar en polvo y la mantequilla cortada en trozos.
- Con las yemas de los dedos mezcla tan rápida y suavemente como puedas hasta que tenga el aspecto de migas de pan.
- Incorpora entonces el huevo batido y amasa ligeramente hasta que esté todo bien ligado (se consigue fácil).
- Forma una bola de masa y envuélvela con papel film y refrigera por espacio de media hora (puede ser más). También se puede congelar hasta un espacio de tiempo de 3 meses.
Relleno
Incorpora a un cuenco o bol todos los ingredientes del relleno y mezcla hasta formar una crema homogénea.
Enciende el horno a 175º para que se precaliente
Recupera la masa del frigorífico. Amasa ligeramente y corta la masa en dos. Una de las partes será la que servirá de base, así que deberá ser un poco más grande que la segunda parte que servirá de tapa y requiere menor tamaño.
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Forramos el molde con la masa estirada. Aunque no es exactamente una masa quebrada porque tiene más textura, es una masa quebradiza por efecto de la mantequilla, si se te rompe en algún sitio, no te preocupes, agarras algún recorte y la pegas con la punta de los dedos presionando ligeramente.
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Ahora vertemos el relleno.
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Con la parte restante de masa estirada colocamos la tapa, quizás este sea el paso en el que más he contenido la respiración, hay que calcular que la tapa sea lo suficientemente grande como para que la podamos poner sobre los bordes del molde, para ello es mejor que la midamos poniendo el molde sobre la masa estirada y asegurarnos así que tendrá la medida necesaria.
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Recortamos los bordes y presionamos con la punta de un tenedor los bordes para sellar.
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Pintamos con huevo batido y a continuación espolvoreamos los piñones que se pegarán con mayor facilidad por efecto del huevo.
Horneamos durante 45-50 minutos.
Dejamos enfriar totalmente (es mejor dejarla reposar toda la noche para que la crema se asiente perfectamente y desmoldamos.
Espolvoreamos con azúcar glas y servimos.