Poner las uvas pasas y las frutas escarchadas a macerar en el coñac durante una hora mínimo.
Batir la mantequilla en pomada con el azúcar, miel y la ralladura hasta formar una crema homogénea.
Incorporar los huevos de uno en uno sin dejar de batir.
Tamizar la harina con la sal y la levadura de repostería o polvo de hornear e incorporarla a la mezcla anterior con lengua de silicona en movimientos suaves en envolventes.
Cortamos las frutas escarchadas o frutas abrillantadas, las ponemos en un colador, espolvoreamos harina para que se impregnen ligeramente y las añadimos al bol de la mezcla e integramos.
Ponemos los frutos secos en un colador, espolvoreamos harina para que se impregnen ligeramente y los añadimos al bol de la mezcla e integramos.
Escurrimos las uvas pasas del coñac, espolvoreamos harina para que se impregnen ligeramente y los añadimos al bol de la mezcla e integramos.
Vuelca la mezcla en el molde forrado con papel de hornear, asiéntala bien porque al ser una mezcla tan densa no cae por si misma sino que hay que acomodarla.
Decorar con los frutos secos, pistachos, nueces, almendras y avellanas y hornear en horno precalentado con calor abajo y arriba a 170º C durante 60 minutos aproximadamente. Eso dice la receta, que sobre 60 minutos pero en mi caso fueron 87 minutos. Y como siempre insisto cada horno es un mundo, vigila el tuyo y pincha con un palillo cuando te parezca que está listo y comprueba que salga seco o continúa horneando.
Finalizado el horneado, retira el cake del horno, aguarda 10 minutos, desmolda sobre una rejilla, pinta la superficie con coñac, o mermelada, o brillo, o espolvorea azúcar glas, (es opcional) y deja enfriar.
Una vez frío , córtalo en trozos finos porque es un dulce muy denso y saciante.
Conserva bien tapado para evitar que se seque o congela en trozos individuales y así podrás disfrutarlo poco a poco.