En el corazón de la cocina griega late una mezcla irresistible de sencillez y sabor. El tzatziki, esa cremosa salsa griega de yogur, pepino y ajo, no es solo un acompañamiento: es un símbolo de hospitalidad, frescura y tradición.Desde los banquetes helénicos hasta las mesas veraniegas de hoy, esta delicia se sirve con pan de pita, verduras, pescados, carnes asadas, para dipear o simplemente a cucharadas para los verdaderos fanáticos.
Lavar el pepino y pelar o semipelar (para mi gusto la piel amarga, pero si te gusta, puedes dejarla), lo cortamos a la mitad en sentido transversal y ayudándonos de una cuchara retiramos todas las semillas del pepino ya que resultan muy indigestas. Rallamos el pepino sobre una malla fina, espolvoreamos una pizca de sal, aguardamos un par de minutos y hacemos un atadillo con esa malla y exprimimos bien a fin de que suelte el máximo de agua.
Ponermos en un bol el yogur, el pepino escurrido, el ajo rallado o prensado, la hierbabuena o menta bien picadita, el zumo de limón, un chorrito de aceite, sal, pimienta negra y mezclamos bien.
Emplatamos
Ponemos la salsa en un bol, decoramos con 2 rodajitas finas de limón, un hilo de aceite de oliva virgen extra y unas hojitas de hierbabuena.
Si vamos a utilizar esta salsa para dipear, acompañamos con galletitas saladas y disfrutamos.
Frabiconsejos
Mantener en tarro de cristal con tapa en nevera hasta un máximo de 5 días.