Calienta el licor junto con el azúcar en un cazo pequeño; si te apetece aportar diferentes matices, incorpora una corteza de limón, rama de canela, anís estrellado, 2 o 3 clavos... etc.
Para un resultado más potente, puedes flambear el licor con cuidado.
Vierte el café bien caliente sobre la mezcla aromatizada. Remueve suavemente para que los sabores se integren
Sirve en un vaso de carajillo y, si lo deseas, decora con una ramita de canela o una fina corteza de limón con algún clavo pinchado en ella y algún grano de café.