- Ponemos el chocolate en un cuenco a derretir, bien a baño María o en el microondas, si es en éste último lo ponéis por fracciones de 30 segundos y comprobáis o se os puede quemar. Reservar
- Mientras tanto batimos en un cuenco el azúcar con la mantequilla en punto de pomada y mezclamos bien, vamos agregando los huevos uno a uno. Cuando la mezcla esté bien integrada vamos añadiendo cucharadas de la harina que habremos tamizado con la levadura.
- Finalmente agregamos el chocolate (que ya habrá templado) poco a poco al tiempo que vamos mezclando energicamente.
(Yo utilicé un molde de silicona, así que vertí la mezcla directamente. Si utilizáis otro tipo de molde o bien lo emantecais y luego lo espolvoreáis con harina o bien lo forráis con papel vegetal para evitar que se pegue.)
- En el horno precalentado a 185ºC hornea durante 45- 50 minutos. Comprueba pinchando una brocheta que esté horneado, no debe pasarse de horno porque el punto húmedo que le aporta el chocolate es delicioso en boca.
Al retirarlo del horno deja templar durante 5 minutos y vuélcalo sobre una rejilla hasta enfriar.
Ganache
- Calienta la nata y la miel en un cazo hasta que alcance punto de ebullición, apaga el fuego y añade el chocolate blanco picado, revuelve hasta su total disolución. Deja templar unos minutos y cuando tenga cierto espesor, vuelca irregularmente sobre el bizcocho.
- Espolvorea algunos pistachos picados.