Precalentamos el horno a 200º C con calor abajo y arriba. Cortamos las berenjenas por la mitad, a lo largo y cortamos la carne de la berenjena, haciendo incisiones profundas en un sentido y en el otro formando rombos pero sin llegar a la piel
Rociamos las berenjenas con aceite de oliva y las horneamos boca arriba en la bandeja durante 30 o 40 minutos o hasta que comprobemos que la pulpa está tierna.
Una vez horneadas, las sacamos del horno y las dejamos templar unos 10 minutos para que las podamos manipular sin quemarnos.
Les quitamos la piel o con ayuda de una cuchara sacamos toda la pulpa para un bol.
Una vez que tenemos toda la carne de las berenjenas en el bol, añadimos los demás ingredientes y trituramos, o bien con el brazo de la batidora o en un robot de cocina. A mí me gusta más con la batidora porque la textura es más irregular y en el bocado me parece más rica.
Pasamos el puré de berenjenas a un plato de presentación, rocíamos aceite, pimentón, semillas de sésamo, adornamos con pan de pita o cualquier otro pan crujiente o como en mi caso de galletas marineras, decoramos con menta que además de proporcionar un aroma delicioso contrasta colores y queda muy bonito y disfrutamos de la cocina árabe en casa.