Ponemos en un bol la nata, 90 g de azúcar y los quesos a calentar a temperatura baja y revolviendo hasta que los quesos se deshagan y se forme una cremita homogénea. Lo pasamos a un bol y dejamos enfriar.
En un bol ponemos las claras y batimos con varillas (manuales o eléctricas) cuando comienzan a estar un poco espumosas, agregamos 90 g de azúcar y terminamos de montar a punto de nieve. Reservamos.
En el bol del robot ponemos las yemas, la vainilla y 150 g de azúcar y mezclamos hasta blanquear , agregamos el puré de calabaza y continuamos mezclando.
Agregamos la mezcla de quesos e integramos.
Tamizamos la harina y la maicena y lo añadimos, integramos con varillas velocidad baja.
Agregamos las claras montadas a punto de nieve poco a poco y con varillas, si lo hacemos con varillas eléctricas las ponemos a velocidad muy bajita
Volcamos la mezcla en un molde desmontable forrado en el fondo y laterales con papel vegetal.
Horneamos en horno precalentado a 160º durante 40 minutos, bajamos a 150º y horneamos otros 40 minutos. (Vigila tu horno y aplica la temperatura que mejor le vaya, no hay dos hornos iguales). Yo he horneado con calor abajo y ventilador, pero si tu horno no tiene esa función, puedes hornear con calor abajo y arriba.
Finalizado el horneado, abre la puerta del horno, deja unos 15 minutos. Retira la tarta del horno y déjala enfriar totalmente a temperatura ambiente. A continuación, refrigera un mínimo de 1 hora antes de desmoldar.
Opciones de presentación: Sirve con arándanos, frambuesas, fresas, mermelada de frutos rojos, yogur griego sin azúcar, etc.