Poner las patatas con piel (y lavadas) a cocer en una olla con agua, un chorrito de vinagre (para ayudar a que no se rompa la piel durante la cocción) y sal junto a las zanahorias peladas y enteras. Dependiendo del tamaño pueden tardar más o menos, deberás pinchar con una brocheta o cuchillo en la parte más gruesa de la patata para comprobar si están cocidas, en este caso, las zanahorias también puedes ponerlas a cocer al mismo tiempo. Una vez cocinadas las patatas una vez templadas ya las puedes pelar. Deja cocer hasta que todo esté tierno.
Cuece los guisantes en un cazo aparte entre 5 y 7 minutos, comprueba su punto de ternura, escurre y vierte en un bol con agua con hielo para cortar el punto de cocción. No les pongas sal durante la cocción para mantener el color verde intenso. Finalizada la cocción, escurre y sumerge en un bol con agua con hielo para cortar la cocción y conservar ese bonito color verde. Pasados unos minutos, escurre y reserva.
Al mismo tiempo en otro cazo, cuece los huevos en agua y un chorrito de vinagre (ayudará a que no se rompan) durante 12 minutos. Retira para un bol con agua helada, pela y reserva.
Cuando todo esté frío comenzamos a picar en cuadraditos las patatas, las zanahorias y los 4 huevos (el otro lo dejamos para emplatar).
Añadimos el atún o bonito desmenuzado, las aceitunas sin hueso picaditas, los guisantes, el pimiento de piquillo picadito y 5 cucharadas colmadas de mayonesa (o cantidad a gusto), regamos con un chorrito de aceite de oliva (le da sabor y jugosidad) revolvemos bien. Probamos de sal y si fuese necesario, rectificamos.
Disponemos el conjunto en una fuente y cubrimos con mayonesa, decoramos según gusto.
Refrigera hasta el momento de servir.