Una absoluta y sensual exquisitez que no deberíais dejar de probar.
Todo ayuda a ello, el caramelo chorreando, la ternura de las manzanas, el crujiente del hojaldre, momento mágico, os lo aseguro.
La tarta pierde textura si sobra para el día siguiente porque el hojaldre se humedece, aunque estoy segura que nadie dejará ni una miga por ese inconveniente.