Afila bien el cuchillo que tengas en casa y con el que vas a deshuesar el pollo
Lava bien el pollo y sécalo con papel de cocina o un paño limpio de algodón
Coloca el pollo sobre la tabla de espalda y corta las alas siguiendo el juego del hueso. Corta la punta de las alas.
Ponemos ahora el pollo de lado y cortamos con el cuchillo por el juego del hueso los muslos del pollo, primero uno y después el otro y ya tenemos los muslos separados. Cortamos la punta de los muslos.
Cortamos el hueso central o parte del pollo que une los muslos y que yo separa para congelar y usar para hacer caldos, sopas, cremas de verduras, etc.
Nos queda la pechuga, retiramos toda la piel y vamos a separar primer la mitad y después la otra mitad, para ello vamos introduciendo el cuchillo y siguiendo el hueso de la pechuga hasta que queden totalmente desprendidas. Tenemos las pechugas enteras, las limpiamos de grasillas. Las podemos dejar enteras o cortarlas en filetes.
Por último tenemos el esqueleto del pollo, si como es el caso de este pollo que pesaba casi 3 kg, lo he partido en dos para congelarlo y así me servirá para usar en dos elaboraciones de sopas/cremas de verduras.