Vierte en un cazo el aceite con las cáscaras de naranja y limón y deja infusionar hasta alcanzar los 50º de temperatura, apaga el fuego y deja enfriar. Si tienes un termómetro de cocina es mejor utilizarlo, en caso contrario, a ojo, en cuanto veas que se ha calentado un poco sin llegar a chisporrotear, apaga el fuego.
Retira las cáscaras y añade el agua con la levadura desleída en ella, el azúcar, el anís, el sésamo y el anís en grano. Reserva.
Pon en un cuenco o en el vaso de tu robot, la harina mezclada con la pizca de sal, los líquidos y amasa hasta ligar.
Deja reposar diez minutos y forma bolitas de un peso aproximado a 25-30 gr cada una. Deja reposar entre 20 y 30 minutos.
Enciende el horno para que se precaliente a 190º calor arriba y abajo.
Estira las bolitas con un rodillo de amasar hasta que queden bien finitas y guardando la forma circular.
Coloca las tortas en una bandeja de hornear cubierta de un papel vegetal y espolvoreales azúcar, en mi caso bastante porque me gustan dulces.
Hornea 12 minutos si te gustan doraditas como a mí o 10 minutos si te gustan más blanquitas..
Retira del horno y pásalas a una rejilla para que enfríen totalmente.