Mezcla la calabaza, el aceite, la miel y el agua con la sal en un bol.

Añade la harina y la levadura (si utilizas la fresca la puedes desleír en un poco del agua que figura en los ingredientes) y mezcla.

Una vez mezclado todos los ingredientes, procede amasar, tanto si lo haces a mano como si lo haces en amasadora, procede que amases unos 10 minutos y dejes reposar la masa unos 10 minutos para ayudar a desarrollar el gluten y debes repetir este paso, 3 veces, es decir, amasar 10 m y reposo de 10, poco a poco verás la evolución de la masa y podrás comprobar como se vuelve más dócil y manejable.

Forma una bola, aceita un bol, introduce la masa, cubre con film transparente.

Déjala levar en un lugar al abrigo de corrientes durante unas 2 horas apróximadamente.

Amasa ligeramente, desgasificando un poco, y divide la masa en 12 bollitos, bolea cada uno para formarlos redondos, cubre con un paño y deja reposar entre 40 y 60 minutos.

Pasado estos minutos, pinta con un pincel con agua la parte superior de los bollitos y pega las semillas de calabaza, a continuación efectúa el greñado con un cuchillo afilado o un cutter, no tiene porque ser de un modo determinado, unos cortes alrededor de las semillas quedarán bonitos.

Precalienta el horno a 250º (tarda en calentarse unos 15 minutos) y hornea los primeros 15 minutos a maxima temperatura calor arriba-abajo, en este momento podemos rociar con un spray de agua el interior del horno para generar algo de vapor, a continuación , bajamos a 190º y horneamos unos 8 minutos más.

Finalizado el horneado, retira los bollitos a una rejilla y aguarda a que enfríen totalmente antes de degustarlos