Lava y pelas las manzanas.
Córtalas en 4 trozos y retira el corazón y las semillas y ponlas en una olla de fondo grueso.
Añade el azúcar, el limón, el ron y la vainilla si es que has decidido ponérsela.
Enciende el fuego a temperatura media, al cabo de un buen rato cuando el azúcar se haya mezclado con el agua de las manzanas, revuelve con una cuchara de madera.
¿Cuanto tiempo debes dejarlas en el fuego? depende de la temperatura de tu cocina, pero una hora y media o algo menos. Verás que va cambiando de color, que el agua que inicialmente han soltado las manzanas se ha ido evaporando y que el conjunto va espesando.
En este momento, y no antes, apartamos la olla del fuego, retiramos el limón y la vaina de vainilla, metemos el brazo de la batidora dentro de la olla y trituramos.
Volvemos a poner la olla al fuego y dejamos espesar más, ahora es más delicada la cocción y debemos revolver más a menudo porque chisporrotea y salpica, cuidado de no quemarte, lo dejas unos 20 minutos más.
Lo vuelcas en algún tupper que tengas, pero antes lo pincelas con aceite de girasol para embadurnarlo bien y así de ese modo cuando lo desmoldes pueda salir sin problema.
Deja enfriar y sirves.