Volcamos en un bol la harina a modo de volcán, en el centro ponemos los huevos ligeramente batidos y el aceite, mezclamos hasta formar una masa.
Pasamos la masa a una superficie de trabajo, espolvoreamos semolina para que no se nos pegue y amasamos. Amasaremos siempre presionando con la palma de la mano, estirando y replegando sobre si misma, sin romper la masa hasta que resulte lisa y elástica.
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Cuando tengamos la masa en su punto, la dejamos reposar un mínimo de 30 minutos (y un máximo de 24 horas en frigorífico) cubierta de film transparente. Durante el reposo la masa pierde fuerza y facilita el estirado.
(Thermomix: Pones todos los ingredientes en el vaso, programas 20 segundos a veloc. 6 y después 2 minutos a velocidad espiga.)
Amasado
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Recupera la masa y pártela en cuatro trozos, vamos a ir estirando uno por uno para que la máquina pueda estirarlo sin dificultad. (los otros los tapamos con film transparente hasta que los necesitemos.
Estiramos con la punta de los dedos el primer trozo para que podamos pasarlo por la máquina.
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Abrimos al máximo el rodillo de la máquina y pasamos el primer trozo de masa. En este momento la masa no va a salir homogénea y posiblemente se rompa, no te preocupes, es normal.
Espolvorea semolina y dobla la masa en tres y vuelve a pasarla por la máquina.
Cada vez que pases la masa, espolvorea semolina para que tome cuerpo y no se pegue.
Pasa la masa por la máquina un mínimo de 2 veces y cada vez debes de ir cerrando el rodillo para que salga más fina. Cuando tenga el grosor adecuado, yo la paso por el penúltimo punto del rodillo, estará lista.
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Espolvorea nuevamente semolina, coloca la lámina de pasta y córtala en rectángulos de aproximadamente 15 cm de largo por 7 u 8 de ancho. Tampoco te preocupes si no son exactos.
SECADO
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Necesitamos un paño grande de algodón (puede ser una sábana vieja), la estiramos, espolvoreamos semolina y vamos colocando los rectángulos de masa, volvemos a espolvorear semolina por encima, y cubrimos con el paño.
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Dejamos secar una hora como mínimo, yo las dejé toda la noche, así que estaban totalmente deshidratadas, fenomenal, aunque se oscurecen un poco, pero no es problema, al cocerse vuelven a su color natural.
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COCINADO DE LAS LÁMINAS
Ponemos en una olla alta agua en abundancia con sal (mejor gruesa) y un chorro de aceite (para evitar que se peguen) cuando el agua esté en ebullición pon cuatro láminas, deben bailar en el agua, cuando vuelva a hervir el agua, cuenta 6 minutos.
Ten preparada una palangana o un bol grande con agua fría, y cuando terminen de cocer las láminas te ayudas de una espumadera (con mucho cuidadito de no romperlas) y las pasas por agua fría para cortar la cocción, las dejas un par de minutos y las pasas a la superficie de trabajo. Así hasta que las cuezas todas. y estén listas para rellenar.