Cuando las castañas estén ya cocidas y tiernas: Trituramos con la leche hasta formar una crema, si fuese necesario podrías añadir un poco más de leche, la textura debe quedar como una crema espesa (tipo Nocilla), no es necesario que quede totalmente triturada, si queda algún trocito queda rico encontrárselo después. Deja templar mientras continúas la elaboración.
Enciende el horno a 180º con calor arriba y abajo y coloca la rejilla en la segunda guía del horno comenzando a contar desde abajo.
Mezcla la harina de trigo con la harina de almendras y la levadura de repostería. Reserva
Separa las claras de las yemas, reserva las yemas en un bol y en otro monta con varillas las claras con una pizca de sal y 50 g de azúcar hasta que estén bien firmes. Reserva.
Vierte los 150 g de azúcar en un bol, añade la mantequilla en pomada, mezcla bien hasta tener una textura homogénea y el azúcar se haya integrado perfectamente con la mantequilla.
Añade las yemas y continúa mezclando.
Agrega la crema de castañas y mezcla bien.
Incorpora en dos tandas la mezcla de harina de trigo y almendras y no añadas la siguiente hasta que la anterior no se hubiese integrado perfectamente.
Por último, añade en dos veces las claras montadas a punto de nieve e incorpora con movimientos envolventes, dotando así a la masa de todo el aire de las claras.
Forra la base del molde con papel de hornear y engrasa los laterales, vierte la masa, alisa con una espátula, hornea los primeros 15 minutos a 180º, baja la temperatura a 170º y hornea 40 minutos más o hasta que pinchando con un palillo, salga seco.
Retira del horno, aguarda 10 minutos y desmolda sobre una rejilla.