El día o la noche anterior (o por lo menos 4 horas antes) Prepara el prefermento.
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Diluye la levadura en la leche templada, añade la harina y mezcla a mano, no es necesario que quede ni mucho ni poco amasado, con formes una masa homogénea, es suficiente. Tapa con film transparente y olvídate hasta el día siguiente.
Crema pastelera
Pon a calentar la leche (reserva medio vaso) y la nata con la piel de limón. Antes que hierva, añade el azúcar y mantén a fuego bajo sin que llegue a ebullición . Retira la piel de limón.
Disuelve en un cuenco la maizena en el medio vaso de leche que habías reservado y añade las yemas batiendo bien con unas varillas y la vas agregando a la mezcla leche-nata, al tiempo que revuelves.
Aumenta un poco el fuego (pero poquito) y sin dejar de remover, espera hasta que llegue a ebullición y espese. Apaga el fuego.
Viertes la crema en una manga pastelera con una boquilla de 8 mm de diámetro, mejor rizada. Sino, pon la que tengas y si no tienes manga, utiliza una bolsa apta para congelados, le cortas una punta y servir. Deja enfriar hasta el momento de su uso.
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Después de 6 horas el prefermento estará así.
Masa principal
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Mezcla la harina, la leche, el anís, el azúcar, la sal y los huevos batidos, lo puedes hacer a mano o con la pala mezcladora.
Agrega el prefermento cortado en trozos.
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Con el gancho amasador, amasa durante diez minutos y deja unos cinco de reposo.
Con el robot en funcionamiento, agrega la levadura y amasa 5 minutos y deja un reposo de 10. Repite esta operación 3 o 4 veces, necesitamos dar tiempo a la masa a que desarrolle el gluten y se vuelva más manejable.
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Agrega la ralladura de limón.
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La masa ahora está ya muy manejable, así que vamos a añadirle la mantequilla cortada en cubos poco a poco con el robot en funcionamiento.
A partir de ahora vamos a amasar en períodos cortos de 3 o 4 minutos con reposo de 8-10 minutos para que la mantequilla se absorba bien pero que la masa no se caliente demasiado y verás lo elástica que queda.
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Vuelca la masa en la superficie de trabajo ligeramente enharinada, forma una bola.
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Guárdala en un cuenco enharinado o aceitado, cubre con film transparente y déjala fermentar unas 2 o 3 horas, de doblar o casi, su tamaño.
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Cuando haya fermentado, vuelca la masa en la encimera ligeramente espolvoreada de harina y amasa ligeramente para desgasificarla un poco, cúbrela con un paño, déjala reposar diez minutos. (En este punto y justo antes del formado puedes guardar la masa en la nevera hasta el dia siguiente, habrá fermentado bastante, así que (la dejas atemperar 1 hora) y la puedes volver a amasar ligeramente y continuar con el paso siguiente)
Ha llegado el momento del formado, has de decidir si vas a hacer una sola larpeira o dos.
Forra una bandeja de hornear con papel vegetal y coloca encima la larpeira,
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Con un cuchillo afilado corta en cuadrados o en rombos sin llegar cortar de todo pero conviene que los cortes sean profundos para poder poner bastante crema.
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Antes de poner la crema, pinta con huevo batido, o después, da lo mismo.
Introduce lo más que puedas la boquilla de la crema por los cortes que acabas de hacer en la masa, deberás poder pasar un primer cordón de crema profundo y un segundo cordón por encima.
Deja fermentar por segunda vez en un lugar abrigado durante unos 30 minutos más o menos.
Enciende el horno con calor arriba-abajo a 190º,
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Pasado el tiempo de la segunda fermentación, en un pequeño bol vierte 2 o 3 cucharadas de azúcar común y apenas dos o tres gotitas de anís o agua para humedecer ligeramente el azúcar, decora la larpeira con este azúcar.
Coloca la larpeira en la segunda guía empezando por abajo, baja a 180º y hornea durante 40 minutos o hasta que la veas doradita. Cuidadito con tu horno, si ves que se pasa de calor, a mitad de cocción cubre con papel de aluminio.
Mientras nuestra larpeira se hornea:
Ponemos en un cazo el azúcar y el agua del almíbar, llevamos a ebullición y dejamos unos 4 minutos a que espese un poco, agregamos el anís, dejamos un minuto y apagamos el fuego.
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Retiramos la larpeira del horno, pinchamos la superficie con una brocheta antes de bañar con el almíbar a fin de que absorba mejor, emborrachamos.
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Pasamos a una rejilla y dejamos enfriar.
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Pintamos con brillo de gelatina o mermelada de albaricoque diluida con 2 cucharadas de agua (opcional)
Servimos.