Vierte un poco de aceite en la olla rápida, rehoga a fuego fuerte la cebolla y los ajos, añade las zanahorias cortadas en trozos grandes.
Aparta un momento la olla del fuego, coloca con cuidado los codillos, cubre apenas con agua, añade la sal gruesa, el ramillete de hierbas aromáticas, lo granos de pimienta negra, los clavos de olor y la hoja de laurel.
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Pon la olla al fuego, cuando suban los 2 aritos de la tapa, cuenta 20 minutos, apaga el fuego y comprueba que la carne está tierna.
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Como todas las ollas rápidas no son iguales , si la carne no estuviese bien tierna, los dejáis 5 minutos más, tienen que quedar muy tiernos.
Cuela el caldo que ha quedado de la cocción, guarda 1/2 litro y congela el resto, te vendrá de fábula para hacer sopas, guisos, arroces, etc.
Enciende el grill del horno a 240º, coloca los codillos en una fuente de hornear con la piel hacia arriba para que se dore, riega con un poco del caldo que has guardado y tuesta en el horno durante una media hora, vigila tu horno por si necesitases más o menos tiempo. Una vez que los codillos estén bien doraditos. Reserva.
Setas
En una sauté o sartén baja, vierte un poco de aceite de oliva virgen extra, dora los ajos laminados, añade las setas, si tienen un tamaño medio, déjalas enteras, quedan más bonitas, si fuesen muy grandes las puedes partir a la mitad.
Espolvorea sal y pimienta negra de molinillo, déjalas entre 6 y 8 minutos y apaga el fuego. Reserva.
Glaseado
Pon una sartén al fuego con los ingredientes del glaseado, revuelve bien y deja reducir hasta que tenga una textura melosa. Reserva.
Emplatado
Coloca un codillo en cada plato, las setas a un lado, una cucharada generosa de crema de castaños en el lado contrario y las dos castañas en almíbar.
Por último, glasea cada codillo con la salsa elaborada al efecto y ayúdate de un pincel de cocina para conseguir un efecto espejo en todo el codillo.
Decora con una ramita de romero y sirve caliente.
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