-
Forra la base de tu molde desmontable con papel vegetal, coloca el aro y tensa.
Tritura las galletas y añade la mantequilla, mezcla bien hasta que tenga una textura de pasta.
-
Cubre ahora la base con la pasta de galletas y refrigera hasta el momento de su utilización.
-
Enciende el horno para que se vaya calentando, programa a 175º, con calor arriba-abajo y la rejilla en la segunda guía del horno contando desde abajo.
Añade a un bol los huevos, y el azúcar, bate bien.
Agrega la leche condensada, la leche evaporada, la maizena (puedes desleirla previamente en un poquito de la leche evaporada antes de añadirla), mezcla bien.
Agrega el queso desmenuzado con la punta de los dedos y tritura hasta que todo esté bien integrado.
Recupera el molde de la nevera, vierte la mezcla en el molde. Para que no caiga con fuerza sobre la galleta, viértela sobre el reverso de una cuchara de ese modo caerá de modo irregular.
Hornea 15 minutos a la temperatura que has programado (175º), a continuación baja a 150º y hornea 80 minutos.
Pasado este tiempo, la parte central de la tarta estará ligeramente temblorosa, está bien que esté así, apaga el horno y deja la tarta dentro. Se terminará haciendo con el calor residual.
Yo la dejo toda la noche y por la mañana esta perfecta.
Una vez fría, desmolda, coloca en la fuente de servir.
Sirve.