Engrasa y enharina el interior del molde para evitar que se pegue.
Mezcla en un bol la harina de trigo, la de maíz y la levadura de repostería con una pizca de sal, mezcla ligeramente con una cuchara y reserva
Enciende el horno a 180º, calor arriba-abajo para que se precaliente.
Separa las yemas de las claras y bate estas últimas a punto de nieve. Reserva.
Bate el azúcar con la manteca blandita hasta que se forme una crema blanquecina.
Añade las yemas una a una no añadiendo la siguiente hasta que la anterior no se haya asimilado perfectamente.
Agrega la ralladura de limón.
Añade en 2 o 3 tandas las harinas mezcladas con la levadura de repostería mezclando de cada vez
Incorpora la mitad de las claras montadas a punto de nieve con movimientos envolventes y cuando estén integradas, añade el resto
Vierte la mezcla en el molde y hornea a 180 grados entre 40 y 45 minutos o hasta que pinchando con una brocheta, esta salga limpia.
Retira del horno y cuando hayan pasado diez o quince minutos (no antes o se podrá romper) desmolda sobre una rejilla.
Cuando esté totalmente frío, espolvorea azúcar glas y sirve.