El verano es época de recolecta, de esplendor, de abundancia y  de mucha variedad de frutas de temporada. Antiguamente se aprovisionaban las despensas para el largo invierno con conservas de diversa índole que además de caseras, riquísimas y alejadas de cualquier tipo de aditivo y sin más conservante que la propia azúcar, ayudaban a conservar las frutas que se hubiesen perdido de otro modo.

Hoy en día por falta de tiempo es una costumbre que se ha perdido, aún así, igualmente te animo que hagas por lo menos 2 o 3 frascos de mermelada casera, tendrá un sabor especial para ti y los tuyos, y cuando llegue el invierno saborearás como el más exquisito de los manjares.

A disfrutar!

 

 

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