- 2 mandarinas jugosas y prietas
- 150 g. de azúcar.
- 300 g. de agua
- Elaboración
- Lavamos bien las mandarinas, mejor con un cepillito porque como tienen esa piel rugosa a veces los sulfatos se les adhieren de forma difícil de tratar.
- Yo las lavo con agua caliente. Si utilizas mandarinas ecológicas la limpieza puede ser más superficial.
- Para la cocción utilizo una tartera bajita o una sartén, (es mejor que queden lo más extendidas posibles), pongo el agua y el azúcar y enciendo el fuego para que se vaya formando el almíbar.
- Mientras tanto y con un cuchillo afilado, procedemos a cortar rodajas finas de mandarinas y las vamos colocando con cuidadito en la tartera.
- Lo ideal es hacerlas a fuego lento y que cocinen más o menos unos 60 minutos, tenéis que ir viendo, cuando estén tiernas y se haya formado un almíbar
- espeso ya las podéis retirar. Los primeros 20 minutos es mejor tapar la olla o la sartén, después retirar la tapa y dejar que el almíbar vaya espesando y evaporando.
Son frágiles, así que cuidado con su manipulación, no las déis vueltas, con solo mover la olla de cuando en vez, es más que suficiente, no se pegarán, el almíbar ayudará a que eso no ocurra.
Proceso de envasado, AQUÍ
He tenido 2 botes de naranjas en la nevera cubiertos de almíbar durante meses y se han conservado perfectamente, aunque si hago bastantes las envaso al vacío o las congelo.
Congeladas: Puedes poner una media docena en bolsitas aptas para congelación y congelarlas, las tendrás perfectas para cuando las necesites, bien para un roscón o una tarta.
Es una maravilla tener mandarinas en conserva en casa, sirven para roscones, para tartas, para adornar, para picar menudo y mezclar con cremas de rellenos, con masas, para servir con helados, con arroz con leche, flan y un larguísimo etcétera. Son tan decorativas, tienen un color tan precioso que os aconsejo que no dejéis de hacerlas, veréis lo fáciles que son y el arreglo que os supone a vuestra cocina.
Puedes ver la receta de NARANJAS CONFITADAS, AQUÍ.